Los añosos árboles del amigable y familiar barrio de Palermo, donaban su sombra al pórtico de ingreso del Colegio María Auxiliadora. En su interior un fraile dominico recibía la misión de continuar con la tarea educativa que las religiosas salesianas habían comenzado; corría el año 1988.
Hace treinta y cinco años Fasta llegaba a Palermo. Y asumía la misión de evangelizar la cultura, la familia y la juventud en este tradicional barrio porteño. El desafío no era administrar una escuela, sino fundar una comunidad de fe. Pero no debíamos comenzar de cero, nos incorporábamos a la fecunda historia que habían forjado las hermanas de María Auxiliadora en este lugar.
Celebrar treinta y cinco años del colegio Fasta Catherina, es celebrar la presencia de Catalina de Siena entre nosotros que, junto a muchas personas entregadas a la misión evangelizadora, han dado vida a nuestra comunidad educativa. Por esta razón, tres momentos significativos dieron aroma de fiesta a nuestra escuela durante este 2023.
El primero, en el marco de la tradicional semana catheriniana, fue la edición número uno del “Palio de Siena”. Una competencia que dividía a todo el Colegio en cuatro equipos denominados “contradas” (Civetta, Pantera, Draco y Aquila), haciendo referencia a los barrios de Siena que dan vida y color a la famosa carrera de caballos que se realiza en esta ciudad desde los años de la alta Edad Media. Nuestros alumnos compitieron durante varios días en diversos desafíos vinculados al conocimiento, la oración, el servicio y la comunidad. El equipo ganador de esta primera edición fue: la contrada de la Civetta.
El segundo momento significativo de los festejos por el treinta y cinco aniversario del Fasta Catherina fue nuestro campamento “Santa Catalina de Siena”. Los tres niveles del colegio pudimos compartir momentos de formación, espiritualidad y esparcimiento en el camping “Los Lupinos”. Terminamos nuestra jornada riendo y cantando bajo las estrellas, sentados alrededor del fuego. Fue un momento muy especial de integración entre los alumnos, docentes y personal de la escuela.
Finalmente, para coronar nuestros festejos, el primero de noviembre, solemnidad de todos los santos, entronizamos una reliquia de primer grado de santa Catalina de Siena en la capilla de nuestro colegio. Catalina se hacía presente de modo evidente, confirmando el camino que habíamos comenzado junto a ella hace treinta y cinco años. Su llegada, a través de la reliquia, nos invitaba una vez más, a seguir confiando en lo que amamos.